domingo, 8 de abril de 2012

El final del despilfarro de las televisiones autonómicas


Alguien ha de poner cordura en los presupuestos para cortar ese chorro de euros que se van de los presupuestos autonómicos para nada.


En unas circunstancias económicas como las actuales, todo lo que se haga con el fin de ahorrar es poco. Los euros valen todo y más y no se está en disposición de gastar ni uno más de la cuenta. No se cuenta con ellos.

Se anuncian recortes por todas partes, pero las más reacias son las autonomías que, por otra parte, son uno de los mayores lastres del estado para sacar adelante todos los ajustes, para llegar a los objetivos marcados por Europa.

Un apartado que gasta todo y más son las televisiones autonómicas, con unos presupuestos millonarios y un rendimiento muy por debajo de su coste y a las que les ha llegado el momento de ponerse al día. Como es natural los políticos prefieren “cortar” de televisiones que de sanidad o educación. Los ciudadanos no perdonarían una frivolidad en estos temas.

Algunos de estos entes autonómicos han empezado a hacer recortes y soltar lastre, a la espera de lo que se avecina. Han empezado por derechos deportivos, a externalizar la producción de contenidos y servicios o anuncian importantes expedientes de regulación de empleo. Por ejemplo, RTVV ha encargado al despacho de abogados Garrigues un estudio de cómo llevar a cabo el ERE de esta cadena autonómica. Tienen en plantilla de 1.800 trabajadores, algo intolerable incluso en época de bonanza económica. Los mismos que tiene la televisión catalana.

Lo que el ciudadano se pregunta si en televisiones de ámbito reducido, como es el caso, en que trabajan 1.800 personas. Es imposible que rindan todos ni al 50%, debe haber una mayoría que se dedican a rascarse el diferencial. No es posible que rindan todos a un nivel normal. Imposible. Y uno con ingenuidad se pregunta ¿para qué se contrató a tanta gente?

Los entes públicos, un total de 13, cuentan con unos presupuestos por 1.400 millones de euros, si tienen buen humor lo traducen a pesetas, cifra mareante. Pero es que lo mejor es que en 2009 contaron con unos presupuestos de 1.664 millones de euros. Vista la situación todos deben ahorra, por lo civil o por lo criminal. Al personal le parece poca la reducción de 264 millones de euros, habrá que seguir apretando.

Hay lujos que no se pueden permitir las televisiones autonómicas como son las corresponsalías en el extranjero o las emisiones vía satélite, pudiendo hacer por internet que es mucho más económico. Y es que la televisión catalana tiene un presupuesto de 378 millones de euros de los que 260 son aportados por el gobierno autonómico.

La supresión de canales es, sin embargo, la medida más recurrente y fácil para ahorrar. Aragón Televisión anuncia la eliminación de su frecuencia en alta definición (HD). Fue una de las pioneras, pero este año da un paso atrás por culpa de los recortes. La desaparición del canal de HD será nefasta para la industria audiovisual de la región, ya que la televisión es uno de sus principales motores del sector. Otras autonomías ya han anunciado que piensan eliminar canales, es el caso de Castilla-La Mancha que habla de cerrar y privatizar.

Los políticos son conscientes de que hay gastos que no se pueden soportar ni tolerar y cabe esperar que pongan en marcha soluciones acordes con la situación actual. El ciudadano exige el final del despilfarro y el Gobierno central va a tener que trabajar muy duro para que las autonomías se aprieten el cinturón, por lo menos tres de ellas que se teme pongan las trabas posibles e imposibles: Cataluña, País Vasco y Andalucía.

Hay que ir cerrando grifos de forma inmediata y otros gastos superfluos y suntuarios habrán de medirse. La política de la subvención ha de terminar ya. Los sindicatos, las patronales, el cine, todo el conglomerado de organizaciones que acuden a la mamandurria. No se pueden imaginar los cientos de millones que se van con tonterías, cuando hacen falta para otras cosas infinitamente más serias.

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