Casi todos los arquitectos y pintores que intervinieron en la construcción y embellecimiento a través del tiempo de la Iglesia Colegial de Xàtiva fueron naturales de esta ciudad, como lo fueron también de varias de las imágenes religiosas que desde el siglo XIII han procesionado en la Semana Santa Setabense, tradición que se ha conservado hasta la actualidad gracias a las talladas por el escultor Francisco Bolinches.
La Xàtiva civil está cargada de historia, pero igual de importante es su historia eclesiástica. Ahí tenemos, presidiéndola desde lo alto la Iglesia de San Feliu, con rango de catedral desde los tiempos visigóticos, la principal de la ciudad, uno de los templos cristianos más antiguos de las tierras valencianas, que se disputa la primacía y precocidad con las Iglesias de la Sangre de Lliria y Sagunt.
Tuvo la Xàtiva, Saetabis, religiosa Obispos en los primeros siglos del cristianismo. Era la nuestra sede episcopal, que fue erigida durante el pontificado del Papa San Silvestre, siendo sus prelados más destacados Muto, Florencio, Atanasio, Isidoro y Asturio.
Hasta la invasión, dominación y colonización árabe en el siglo VIII fue Xàtiva ciudad episcopal. Tras la reconquista por Jaume I no pudo ser recuperada para nuestra Iglesia local dicha sede y silla, reconocida si, en 1413 por el Papa Benedicto XIII como Sede Colegial y su Iglesia hecha Colegiata.
El siglo XV fue la cuna de dos Papas entrañablemente unidos a nuestra tierra y de gran importancia en la Historia de la Iglesia, Calixto III y Alejandro VI, Pontífices que, hombres de su tiempo, resultaron también Príncipes Renacentistas, extraordinarios políticos de su tiempo. De aquí salieron santos, beatos y venerables hombres, 9 cardenales y 30 obispos, así como grandes e ilustrados sacerdotes. Fue la contribución de nuestra tierra y de nuestra Iglesia particular a la Iglesia Católica Universal.
Estos antecedentes religiosos y de la Historia Eclesiástica de Xàtiva hay que recordarlos y hacerlos constar, recuperarlos para la memoria histórica, porque siendo grande el patrimonio monumental de nuestra ciudad, lo es más aún la historia de sus hijos y habitantes en el transcurso de los tiempos.
También hay que dejarlos bien patente y manifestarlos cuando últimamente se habla mucho de una probable división en varias Diócesis de la gran y extensa Diócesis de Valencia. El viejo título de Obispo de nuestra ciudad está vivo, a efectos honoríficos, en el listado de las antiguas sedes de la Iglesia.
Asistidos por la razón histórica, debemos aspirar, y por qué no reclamar, que Xàtiva sea sede episcopal de nuevo, motivos históricos, de tradición religiosa y situación geográfica, lo aconsejan. Sería su traducción a la nomenclatura eclesiástica de lo que en la actualidad es esta ciudad capital política de las comarcas centrales.
La Historia Eclesiástica de Xàtiva, que necesita un buen sistematizador, está llena de hitos importantes que hablan de la religiosidad de sus gentes. La reciente exposición La Luz de las Imágenes, en la que colaboró activamente el Ayuntamiento, dio buena cuenta de ello, en sus exposiciones, muestras y actividades diversas realizadas. También la colección de templos, conventos, capillas y ermitas que existieron y existen en el término municipal.
La mejor cruz procesional el Siglo XIV en el Reino de Valencia fue de Xàtiva. Del mismo siglo, la tabla de la Virgen de la Armada, que presenció la batalla de Lepanto junto a don Juan de Austria y estuvo hasta su destrucción en la capilla del castillo.
Hubo varios conventos de diversas órdenes religiosas masculinas y femeninas en Xàtiva, en uno de los cuales, San Francisco, fundado por Jaime I, fue siempre especialmente admirado el retablo del Ecce Homo, que anteriormente había estado en la capilla del castillo.
En relación con la iconografía de los misterios religiosos que se celebran en Semana Santa, extraordinaria contemplación tuvo siempre el retablo de los Dolores, el lienzo de la Piedad o quinta Angustia, siglo XV, de Rodrigo Osona; el retablo de la Crucifixión, siglo XIV, en la iglesia de San Pedro; los retablos de la ermita de Santa Ana de Jacomart y su escuela.
Las Cofradías de la Semana Santa de Xàtiva están entroncadas en esta amplia, larga y profunda tradición religiosa. La más antigua de ellas, la decana, la Cofradía de la Preciosísima Sangre de Cristo, siglo XIII, (portada a hombros) que enhebra la columna vertebral de todas ellas y nos lleva a los orígenes del renacer cristiano tras la conquista jaimina.
Antiquisima también, a pocos años de ésta, vendría la Cofradía del Santísimo Ecce Homo (Les Cortesies). En el siglo XV, la Cofradía del Silencio. En el XVII, Cofradía del Santísimo Cristo de la Flagelación. En el XVIII, la Cofradía del Santo Sepulcro. Todas ellas cristológicas, dedicadas a Cristo, testimonio evidente de la intensa y profunda labor pastoral que hizo la Iglesia tras la reconquista para contrarrestar la fuerte islamización de Xàtiva y su fe en Mahoma.
No sería hasta finales del siglo XVIII cuando surgiría una Cofradía mariológica, dedicada a la Virgen María, en su entrañable y dulce título de Mater Dolorossissima, que recorre las estrecha calles del casco histórico y es el broche de oro de las procesiones de Semana Santa, portando una bella escultura del gran imaginero valenciano José Esteve, el mismo autor que hizo las esculturas de los santos del altar mayor de la Basílica de la Virgen de Valencia.
Semana Santa setabense por la que, deseo recordar y reconocer, tanto hizo por impulsarla y revitalizarla, Rafael Gil García, que mereció lo distinguierais con el cargo de presidente honorífico de la misma y fallecido recientemente.
Al contrario de lo que ocurre en otras ciudades y pueblos valencianos, donde su religiosidad popular remarca más la fiesta de la Pascua de Resurrección con los famosos Encuentros, Xàtiva despliega su fervor en los recorridos penitenciales de la Semana Santa, concluyendo sus fiestas externa en la Procesión de la Dolorosa en la noche de Viernes Santo, otro matiz a tener en cuenta y estudiar, dentro de lo que se está haciendo necesario, una buena Historia de la Iglesia en Xàtiva.
No obstante, el hecho de subrayar e insistir más en la Mort i Passió que en la fiesta de la Pascua, convierte a Xàtiva durante la Semana Santa en más solemne, recogida y acogedora, en más propicias a la reflexión y a las plegarias, a la contemplación.Y con Miguel de Unamuno a leer los bellos sonetos de su “Poema al Cristo de Velázquez”, entre los que destaca:
De pie y con los brazos bien abiertos
y extendida la diestra a no secarse,
haznos cruzar la vida pedregosa
-repecho de Calvario- sostenidos
del deber por los clavos, y muramos
de pie, cual Tu, abiertos bien de brazos
y como Tú, subamos a la gloria
de pie, para que Dios de pie nos hable
y con los brazos extendidos. ¡Dame,
Señor, que cuando al fin vaya rendido
a salir de esta noche tenebrosa
en que soñando el corazón se acorcha,
me entre en el claro día que no acaba,
fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,
Hijo del Hombre, Humanidad completa,
en la increada luz que nunca muere;
¡mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,
mi mirada anegada en Ti, Señor!
martes, 30 de marzo de 2010
La Semana Santa en el marco de la fuerte tradición religiosa de Xàtiva
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Estimado amigo; Hemos constituido una sección en nuestra Asociación Cultural que tiene como objetivo el catalogar , promover , estudiar y difundir los Gozos devocionales populares de la Comunidad Valenciana porque están en riesgo de perderse definitivamente en muchos lugares. En ese sentido hemos creado un blog http://gogistesvalencians.blogspot.com/ para dar visibilidad a este apasionante trabajo que estamos haciendo. Esperamos que sea de vuestro interés esta iniciativa. Un saludo afectuoso.
ResponderEliminarSalvador Raga Navarro
PRESIDENTE
Asociación Cultural VIA VICENTIUS - GOGISTES VALENCIANS